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Al llegar a la Argentina  Lala y su familia,  y Lolo  que había llegado solito,   fueron a vivir al viejo conventillo que les habían recomendado otros gallegos que conocieron en  el corto tiempo en que estuvieron alojados en el Hotel de Inmigrantes a su llegada al puerto de Buenos Aires…cuantas dudas , ¿cómo sería acá la gente, en que trabajarían, que comerían?, …. Las dudas eran muchas, el dolor era más, y sus pertenencias estaban encerradas en bultos muy livianos, tan livianos que pudieron traerlos atados fuertemente a sus sueños, a su esperanza de encontrar algo mejor que lo que habían dejado al partir.

Conventillo, humildísimo hotel, refugio , se le podrían dar mil nombres, pero en realidad era el nuevo hogar, en el viejo conventillo de la calle Tres Arroyos,,  allí, en sus patios, se volvieron a encontrar Isabel ( Lala) y Ricardo ( Lolo) , como casi niños que eran vivían todo esto nuevo como una especie de aventura mezclada , un poco de añoranza y un mucho de tristeza.

Lolo había dejado en la vieja Aldea a su mamá Carmen y a sus hermanos menores y cuando la sensación de ahogo y  angustia lo inundaban miraba al cielo y escuchaba el sonido del viento, así aparecían esas voces queridas que él quería escuchar… así se dormía , sin llorar, porque un gallego nunca llora…su mamá antes de partir, le enseñó a encontrar en las nubes los rebaños de ovejas que él cuidaba en la aldea natal, y hasta allí volaba cuando no se podía dormir.

Lala llegó con toda su familia, se le notaba en los ojos que no era tanto el dolor, por eso supo, con la sabiduría que solo tienen los niños, que Lolo estaba sufriendo y se acercó a él…sin decirle palabra se sentó a su lado , miró al cielo y se puso a correr ella también entre las ovejas.

Como el orgullo y la dignidad son el material del que está hecho el gallego, Lolo creció, trabajó, nunca lloró ( por lo menos donde pudieran verlo los demás, ni siquiera Lala) y así se hizo hombre y Lala mujer….-como esta historia tiene un final felíz  Lala y Lolo se casaron, tuvieron hijos, y también nietos….una de ellas soy yo.

Textos de: Mora Carcacía

 

Abuelos Lolo y Lala.

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